Tomado del libro: Tamalameque historia y leyenda
Debido a la gran cantidad de Milagros que el Cristo realizaba, los feligreses en agradecimiento cumplían su "manda" (pagamento) honrándolo con prendas de oro alusivas a su favor. Esto hizo que se juntara gran cantidad de prendas engrosando el patrimonio físico del Cristo. Entre " Las prendas del Cristo" −que eran muchas, por cierto− se contaba, con una corona pesada de oro y plata, una ballena de oro con incrustaciones de esmeralda, la figura de un pene (tal vez recuerdo de alguna impotencia o una venérea curada milagrosamente), amén de medallones, anillos, crucifijos, figurillas de vacas, toros, caballos, etc.
Era de conocimiento público, para el Tamalamequero la existencia de éste tesoro de incalculable valor, como también se conocía por todos, que el custodio era don Eloy Mejía, honesto comerciante de la localidad, quien celoso guardaba "Las prendas del Cristo" en un viejo baúl de madera −más parecido a un cofre pirata− que le fabricó para tal efecto el carpintero Cantillo, antes de que se envenenara en una borrachera donde tomó alcohol impotable a falta de ron.