jueves, agosto 28, 2008

El Instituto Técnico Agropecuario de Tamalameque como generador de cambio en la actitud del tamalamequero ante el futuro

Por: Diógenes Armando Pino Avila


Para ubicarnos en la realidad socioeconómica del municipio, permítanme hacer una aproximación histórico-geográfica de un pueblo de 464 años llamado Tamalameque.

Empezaremos contando que estamos situados en la zona centro sur del departamento del Cesar, enclavados a la margen derecha del río Grande de La Magdalena, insertos en la sub-región denominada “Depresión Momposina”, esta ubicación con respecto al río nos da como pueblo unas connotaciones históricas, culturales y sociológicas muy diferentes a los demás pueblos del departamento del Cesar.

Al ahondar en la parte sociológica y cultural, encontramos que hacemos parte de “la cultura riana”, es decir del río, cultura esta que los sociólogos han dado en llamar “Cultura Anfibia”, caracterizada por depender del río Magdalena como fuente generadora de vida y de trabajo.

miércoles, agosto 20, 2008

Leyendo a Gary Hamel

Por: Diógenes Armando Pino Avila
Leyendo el último libro de GARY HAMEL, profesor del Harvard Business School, “EL FUTURO DE LA ADMINISTRACIÓN”, a más de sus innovadoras teorías donde alienta a innovar la administración, encontré un pasaje que me llamó poderosamente la atención y me llevó a abandonar mi inquietud intelectual por la administración moderna y asumí mi inquietud sentimental por Tamalameque y me acordé de la juventud tamalamequera. Esa juventud que marchita sus años en nuestro pueblo, ahogando su desesperanza en el alcohol, matando el tedio a hondazo limpio con la piedra de su amargura, apretando desesperadamente el cuello de la pobreza tratando asfixiarla en un esfuerzo de subsistencia.

domingo, agosto 10, 2008

Paraiso del abandono

Por: Diógenes Armando Pino Avila
Estuve de nuevo en Tamalameque, y como siempre, inmediatamente llegué, salí a enterarme de las últimas noticias. Eso fue ayer, pues hoy lo dediqué a la lectura, la cual combiné entre la Santa Biblia y “La Memoria del Agua: Bailes cantaos viajan por La magdalena”, libro de folclor escrito por mi amigo SILVIO FERNANDO DAZA, donde hace un análisis producto de la investigación de las manifestaciones culturales del Magdalena Medio y Bajo y sobre todo de “La depresión Momposina.”

Me senté en el patio, bajo un frondoso árbol de mango, que me daba amigable y fresco cobijo y servía de cómplice para mi lectura, pero al cabo de quince minutos tuve que cerrar el libro y suspender la lectura presa de una opresión en el pecho y dificultad respiratoria, preocupado me levanté y tomé conciencia de que el patio estaba lleno de humo: Un vecino incineraba la basura en su patio, me pregunté: Porqué persiste esta costumbre en Tamalameque? A lo que respondió un amigo que llegaba en ese momento: “Porque el carro recolector de basuras desde hace largos meses está fuera de servicio.”

miércoles, agosto 06, 2008

Tamalameque y los Profetas

Por: Diógenes Armando Pino Avila
Estuve en Tamalameque el sábado por la tarde, esta vez si conseguí transporte, viajé en el carro de Villa de El Burro hasta Tamalameque, en el vagón, claro está, pues me quedé en Pailitas y no había cupo y esto también es una odisea. En fin, llegue a Meque y entrando, casi frente al carro nuestro se da el accidente de dos motos que al chocar entre si dejaron en el piso a tres personas, los dos motoristas y una pasajera.

No está demás decirles que fue aparatoso el accidente y que nos tocó bajarnos a auxiliar a los heridos, de los cuales enviamos en el mismo carro de Villa a los dos motoristas inconscientes al hospital, en lamentable estado, los creíamos muertos. Fue una desagradable impresión que marcó ese fin de semana, pues premonitoriamente pensé, La cosa no va ha estar bien!, y en efecto, no lo estuvo, pues al día siguiente a eso de las 6 AM tuve que tomar el camino de regreso a La Jagua, razón por la cual no les di noticias de nuestro pueblo. Claro para solventar esta falta, acudí al celular y miren la joya que me contaron.

lunes, agosto 04, 2008

Llegar a Tamalameque

Por Diógenes Armando Pino Avila.


Llegar a nuestro querido Tamalameque es, a más de una obligación con nuestra Patria Chica, es un acto de cariño por nuestros ancestros, una reconciliación con nuestra cultura vernácula, un reencuentro con nuestra historia común y un acto de fe con el pueblo que nos vio nacer y nos cobijó desinteresado y amoroso durante la niñez y en otras etapas de nuestra vida.

Hasta ahí la historia es común a la mayoría de los tamalamequeros, no a todos, pues de que hay excepciones, las hay, pero ese es un tema que trataré después. A lo que quiero referirme hoy es al cosquilleo incesante que uno siente en el estomago, cuando decide tomar un descanso en Tamalameque, pues no sabemos que tiene este pueblo, que hala al nativo en esa forma misteriosa, que parece que un imán le atrajera hacia él. La sensación que uno siente cuando sale del lugar de residencia, sea cual fuere, y se encamina a Tamalameque es indescriptible, conozco de casos que conducen vehículos las 24 horas completas sin ningún descanso y muy pocas paradas con el fin de llegar rápido a nuestros lares familiares, a nuestra heredad.