jueves, julio 29, 2010

LAS PRENDAS DEL CRISTO

Por: Diógenes Armando Pino Avila
Tomado del libro: Tamalameque historia y leyenda
Debido a la gran cantidad de Milagros que el Cristo realizaba, los feligreses en agradecimiento cumplían su "manda" (pagamento) honrándolo con prendas de oro alusivas a su favor. Esto hizo que se juntara gran cantidad de prendas engrosando el patrimonio físico del Cristo. Entre " Las prendas del Cristo" −que eran muchas, por cierto− se contaba, con una corona pesada de oro y plata, una ballena de oro con incrustaciones de esmeralda, la figura de un pene (tal vez recuerdo de alguna impotencia o una venérea curada milagrosamente), amén de medallones, anillos, crucifijos, figurillas de vacas, toros, caballos, etc.

Era de conocimiento público, para el Tamalamequero la existencia de éste tesoro de incalculable valor, como también se conocía por todos, que el custodio era don Eloy Mejía, honesto comerciante de la localidad, quien celoso guardaba "Las prendas del Cristo" en un viejo baúl de madera −más parecido a un cofre pirata− que le fabricó para tal efecto el carpintero Cantillo, antes de que se envenenara en una borrachera donde tomó alcohol impotable a falta de ron.

miércoles, julio 28, 2010

UNA ZANJA PARA EL ALCALDE

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
Tomado del libro: Tmalameque historia y leyenda


Desde Santa Marta nos mandaban facturados los alcaldes, quienes por lo regular no conocían al pueblo ni sus necesidades, la mayoría eran banqueños. Algunos fueron buenos administradores, pero otros venían con una ignorancia supina rayana en la estupidez.

Por esos días había uno, cuyo nombre no menciono por razones obvias. El pobre tenía seis meses de estar calentando silla y cobrando nómina, sin hacer nada, absolutamente nada que beneficiase al pueblo. El Honorable Concejo Municipal estaba en sesiones ordinarias y en la de esa noche se debatía una serie de proyectos de importancia para la comunidad.

lunes, julio 26, 2010

El ganado del Cristo

Por: Diógenes Armando Pino Avila

Tomado del libro Tamalameque historia y leyenda

La familia Ávila por tradición tenía, dar la primera parte de los frutos de sus cosechas al Cristo, como una manera de garantizar su bienestar. Esta especie de diezmo, no lo daban directamente a la iglesia ni al cura, sino que vendían los frutos y con el dinero de la venta, compraban un ternero, el cual entraba a engrosar “El ganado del Cristo", como Ellas lo llamaban.

Cuando notaban que en la iglesia hacía falta algo, Ellas (las Ávila) vendían una res y mandaban a fabricar o reparar lo que la iglesia requería (Bancas, puertas, andas, nichos, sotanas, imágenes, etc.).

viernes, julio 23, 2010

La lengua tamalamequera

"En Tamalameque no se ha hecho lo de mañana, cuando está en la calle hoy". Sabias palabras que le escuché un día a Carmen Villarreal, mientras me servía un almuerzo con cabeza de bagre, en la fonda que tiene en Puerto Bocas. Con ellas plasmó fielmente uno de los fenómenos culturales propios de los pueblos de la costa.

Es que si los guajiros le temen a la lengua Sanjuanera y los Loriqueros a la del barrio Kennedy, en el Cesar y la Depresión Momposina deben temerle a la lengua Tamalamequera. Porque el Tamalamequero tiene una lengua de fuego, que fustiga y castiga sin piedad. Este fenómeno cultural, obedece, tal vez, a la falta de sitios de recreación y a la falta de espectáculos que sirvan de vía de escape para liberarnos de la tensión que el ocio nos provoca.