domingo, julio 27, 2008

De nuevo en Meque

Por: Diógenes Armando Pino Avila
Lo prometido es deuda, había dicho que volvería este fin de semana a Tamalameque y les seguiría contando los aconteceres de nuestra Patria Chica, pues bien, aquí estoy, llegué ayer a eso de las 4 y 30 de la tarde, bajo un sol canicular que hace sudar a chorros, tal vez por eso, o porque llegue con un amigo de La Jagua, no demoré ni un minuto en casa, sino que salimos raudos a Puerto Bocas y después de mostrar al amigo el espejo de aguas del río Grande de la Magdalena y observar como Macho Páez y un grupo de boqueños trataban de montar sobre un tractor un tanque de metal que desde hacia varios años descansaba al lado de la vía y mirar la animación del kiosco de Maradona y el del Martina Pedraza que con estridencia competían emitiendo con estruendo el mismo vallenato, ese que por estos días suena mucho en el Cesar, ese que dice: me gusta, me gusta, y que no tiene ningún mensaje, pero si una excelente rítmica, nos dirigimos a la casa de Yudi Menco y bajo un rancho de palma de vino nos apoltronamos y comenzamos a degustar el burbujeante liquido de unas cervezas bien heladas, para que sirvieran de sedante al calor y bochorno sofocante de la tarde.

domingo, julio 20, 2008

Fin de semana en Tamalameque

Autor: Diógenes Armando Pino Avila

Como poeta que soy e iniciado en la historiografìa siempre me ha gustado llamar a mi pueblo con su verdadero nombre histórico "San Miguel de las Palmas de Tamalameque", pues bien, como trabajo en el municipio minero de la Jagua de Ibiríco, me privo del placer de pasar largos ratos con mis coetáneos, por ello los tres últimos fines de semana los tomé y viaje al pueblo caro a mis afectos para tener la dicha de compartir con mis paisanos. Hoy quiero compartir con los tamalamequeros cibernautas mi experiencia de estos tres últimos fines de semana.

El día 5 de julio llegué a Meque a eso de las 4 PM, dejé mi morral en casa y salí a ver con quien hablaba sobre la cotidianidad tamalamequera, pero cual no sería mi frustración cuando encuentro que jóvenes y viejos únicamente hablaban de un tal Chicò y un tal América que se enfrentarían al siguiente día en una justa deportiva.