Por: Diógenes Armando Pino Ávila
En estos días en que la
indignación me ha llevado a denunciar actos de corrupción, negligencia y malas prácticas
administrativas en mi pueblo natal, he tenido también la oportunidad de conocer
el pensamiento de nuestra gente y a pesar de haber vivido toda mi vida en
Tamalameque y conocer a mis paisanos, todavía no deja de sorprenderme la forma
como reaccionan ante el abuso de poder, el despilfarro y el mal manejo de los
recursos públicos.
Hemos hecho una serie de denuncias
públicas sobre temas documentados de manera irrefutable, con fotografías, facsímiles
de documentos públicos, pantallazos tomados de la página de contratación administrativa
y otras fuentes de entero crédito, las hemos firmado con nuestro propio nombre,
dando la cara, de frente, con valentía, con nobleza, lo hemos hecho a través de
las redes sociales, lo hicimos con el fin de que la ciudadanía de este pueblo
despierte y se sacuda del adormecimiento que padece, que pierda de una vez el
conformismo de esclavo vencido. Lo hemos hecho con la esperanza de que la
estirpe de nuestros ancestros vuelva por sus fueros y que estas generaciones de
tamalamequeros levanten la cabeza con dignidad y griten al unísono un ¡Basta
ya! que se escuche en toda la comarca.
¿Pero cuál ha sido la reacción?
La reacción ha sido diversa, respetable para mí, pues no podría entrar a
criticar la opinión y la postura que asumen mis paisanos ya que estaría en
riesgo de convertirme en juez y parte, de todos modos haré un análisis sin
apasionamiento de lo que he visto, oído y leído en estos días.
Un sector de jóvenes, preocupados
por lo que ocurre en nuestro municipio, y ante la pobreza generalizada y la
falta de atención de la administración municipal, tomó la decisión de hacer una
especie de Teletón, donde recogieron
recursos y libros y con ello armaron unos kits escolares, los que repartieron
en los sectores más deprimidos del municipio y se aprestan para continuar con
su labor humanitaria, aclaro es la primera actividad de estos muchachos que
quieren perfilarse como líderes en nuestra población.
Otro grupo liderado por el
profesor Edgard Peñaloza se han constituido en una organización de colonias
tamalamequeras y plantean resolver los problemas del municipio a través de
diferentes actividades, con la filosofía de que hay que “hacer antes que
criticar”. Parte de la estrategia de este grupo comienza con el planteamiento
muy puntual de pintar algunas paredes y casas que tienen deteriorada la fachada
y afean el entorno urbanístico del pueblo.
Hay un grupo que defiende a ojos
cerrados la administración municipal e insultan y amenazan por lo que decimos y
denunciamos, para Ellos parece que nuestro pueblo se encuentra en el mejor
momento y que en este paraíso todo está bien y que lo que pasa es que el
profesor Pino y el grupo de personas que levantamos la voz, somos unos
perseguidores que permanentemente inventa calumnias en contra de la alcaldesa,
la que gracias a la Divina Providencia llegó para hacer de nuestro municipio un
emporio de riqueza y desarrollo.
En otro grupo de personas,
alcanza uno a notar una reticencia y molestia por lo que denunciamos y uno no
alcanza a saber en sí, que es lo que les molesta, pues sus apreciaciones son
tan difusas y falta de coherencia que uno las lee y solo esboza una sonrisa
pues no sabe uno que responder sobre el particular. Por ejemplo defienden la
administración porque hace fiestas y trae conjuntos los que en plaza pública
amenizan el jolgorio popular, es decir para ellos ser buen administrador es
aquel, que como tal, le da al pueblo “pan y circo” sin importar si el municipio
se cae a pedazos ante la negligencia y la corrupción.
Por lo menos uno, al que muy
pronto desenmascararemos, utiliza un perfil falso y se hace llamar Alberto
Ávila, (tengo claro que no es Pano), el que me acusa de haber atentado contra
la vida del profesor y compañero Alfonso Beleño, de lo cual el mismo Alfonso
podrá aclarar esta situación, y lo insto a ello, ya que no tengo nada que decir al respecto. Lo que
sí dejo claro es que el tal Alberto Ávila no me amedrenta con esta aseveración pues el pueblo conoce
mi pensamiento y mi proceder.
Por último, hay los que se
molestan por las denuncias públicas que hacemos y dan a entender que esto no
debe hacerse, pues Ellos se sienten cansados de leer tantas denuncias en los
muros nuestros y pierden la compostura en el alegato mandándonos a poner las
denuncias ante los entes de control fiscal o la justicia y dan a entender que
somos cobardes. A este grupo en particular es al que menos entiendo ya que se
molestan por nuestras opiniones y denuncias sin tener en cuenta que es derecho
inalienable el nuestro de utilizar nuestro libre albedrío y el derecho al disenso,
peor aún, desconocen que como ciudadano tenemos el derecho a criticar los actos
de los gobernantes y a pedir cuentas por los actos que creamos desatinados o
faltos de transparencia, pues al fin y al cabo somos ciudadanos residentes y
nacidos en Tamalameque.
Noto con preocupación que este
último grupo pareciera que no son capaces de discernir que el problema no es
solo nuestro, es de ellos y de todos, y si con valentía nosotros levantamos la
voz, aportamos las pruebas y hacemos la denuncia pública, es para que lo
entiendan mejor, una invitación a todos los tamalamequeros que dicen ser
valientes en el presente y en el pasado para que unidos hagamos la denuncia
colectiva ante los entes de control, pues esto es una responsabilidad colectiva
de todo aquel que quiera a Tamalameque.
Repito y aclaro, respetamos las
diferentes maneras de opinar de estos tamalamequeros y aunque no las
compartamos, creemos que están en su derecho, pero al mismo tiempo pedimos a
Ellos que respeten nuestras posiciones, respecto a la mirada crítica que le
damos a lo que según nuestro entender, es negligente y falto de transparencia
en el manejo de la cosa pública de Tamalameque.
Yo sinceramente creo que la cosa
no anda bien y que el despilfarro y la corrupción ha llegado a topes nunca
visto en esta municipalidad y que llegó el momento de mostrarle al pueblo lo
que está pasando, para ver si así se toma consciencia sobre la precaria
situación que vive el pueblo que nos vio nacer y en consecuencia se inicia un
proceso de rectificación al momento de elegir a quienes dirigirán la cosa pública
municipal. Por tanto no hagan tanta fuerza por callarme que no lo van a lograr.
¡Si no tienes el valor de
denunciar, por lo menos ten el pudor de callar!
1 comentario:
Claro como el agua DIogenes, el conformismo de algunos los vuelve cómplices de la corrupción que aqueja al municipio de tamalameque, defienden lo indefendible, por un interés personal, otros por ignorancia, y crean un comité de aplausos al descaro de estas malas actuaciones
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